Acudir al dentista o someterse a un tratamiento odontológico se ha convertido, para muchas personas y para muchas familias, en uno de los gastos más difíciles de afrontar.

Solo un 30% de la población accede a los tratamientos y solemos dejar nuestros problemas bucondetales en un segundo plano, con el riesgo que corremos de que estos deriven en problemas graves de salud. No en vano, en España somos uno de los países europeos que menos prioriza su salud dental y que menos visita al dentista.

¿Por qué nos encontramos con este hecho? Principalmente porque los tratamientos no son baratos y no lo son porque los costes en material, infraestructura y tecnología que conlleva la odontología moderna son, por naturaleza, elevados. Por regla general, hacemos más énfasis en el cuidado de nuestra boca de niños y de ancianos, abandonándolo en cierto modo durante la mayor parte de nuestra vida adulta. De este modo, los problemas se concentran y se agravan dificultando cada vez más la solución y aumentando su coste. Aun así, existen tratamientos adaptados a todas las necesidades y a todos los bolsillos ya que, aunque la ciencia avance y ponga a nuestro alcance medios y recursos que implican una importante inversión, los tratamientos clásicos de toda la vida siguen ahí y podemos optar por ellos. Obviamente, los productos de mejor calidad, como sucede en el caso de los implantes modernos, garantizan una eficacia y una durabilidad mayor aunque su coste, como es comprensible, es también más elevado. Y a todo ello hay que sumarle la compleja y valiosa formación de los profesionales de la odontología.

De todo ello, y de que el mejor ahorro es siempre la prevención, nos habla Nicolás Aronna Mallia, Director Médico de Clínica Advance, en una entrevista que le realizaron el pasado 19 de marzo en el magacín de actualidad de IB3 “Cinc dies”.